Progesterona y embarazo: ¿cuál es la relación entre ambos?

Publicado el 27/01/2022

¿Sabes que un nivel adecuado de progesterona es vital para llevar un embarazo a término con éxito? La progesterona es una hormona muy comprometida con el embarazo.

Por ello, la progesterona también es conocida como “la hormona del embarazo”, está involucrada en el ciclo menstrual, en el embarazo y en el desarrollo del embrión. Se produce en los ovarios y actúa en el endometrio favoreciendo la nutrición del óvulo fecundado y facilitando el crecimiento del embrión. A partir de la semana 12 de gestación, la progesterona es producida por la placenta, reforzando la viabilidad del embarazo.

¿Qué función tiene la progesterona en el embarazo?

Una vez que comienza la gestación, los niveles de progesterona van aumentando en sangre mes a mes hasta el final del embarazo. Entonces empiezan a disminuir y se produce el parto. Durante el embarazo, los niveles de progesterona aumentan progresivamente desde los 10-44 ng/ml en el primer trimestre del embarazo hasta llegar a  los 65-290 ng/ml en el tercer trimestre. Gracias a la presencia de esta  hormona, el útero va creciendo durante los meses de embarazo y además le impide tener contracciones, facilitando así el desarrollo del feto.

En las mujeres que tienen niveles bajos de progesterona, la administración de progesterona externa les ayuda a reducir el riesgo de parto prematuro. Después del parto, la progesterona también tiene un papel importante en el periodo de lactancia materna, tanto en la secreción de leche como en el aumento de los senos. Es, por consiguiente, una hormona que te acompaña desde tu menstruación hasta después del parto.

La progesterona en la FIV

En los tratamientos de fecundación in vitro (FIV), si los niveles de progesterona en sangre son bajos, se puede administrar esta hormona, para la estimulación ovárica, parece que los niveles entre 25,2- 31,4 ng/ml consiguen mejores tasas de embarazo. 

Por eso en una fecundación in vitro (FIV) se recomienda un suplemento de progesterona para contrarrestar el efecto negativo de la punción folicular durante la FIV, que puede reducir la capacidad natural de producción de la hormona. En este caso, se administra progesterona (exógena) durante las ocho primeras semanas del embarazo, pues a partir de esa fecha será la placenta la que producirá sin problemas la progesterona (endógena). 

En tratamientos como la donación de óvulos, la donación de embriones o la transferencia de embriones descongelados, la administración de la progesterona se hace imprescindible para poder conseguir el embarazo deseado y que este evolucione correctamente. En este caso, la administración de progesterona exógena se realiza durante las primeras 12 semanas de gestación.

¿Cómo se administra la progesterona en una FIV?

La administración de la hormona se puede realizar de diferentes formas: 

Óvulos vaginales: son supositorios vaginales y se utilizan para reforzar la fase lútea después de una inseminación artificial o antes de realizar una transferencia de los embriones en tratamientos de fecundación in vitro. También son utilizados en los casos de embarazo donde puede existir una amenaza de aborto o si hay un riesgo de parto prematuro

Gel vaginal: se administra de la misma forma que los óvulos.

Inyección subcutánea o intramuscular: indicado en las mujeres que necesitan más progesterona o que no toleran bien los óvulos o el gel vaginal.

¿Puede la progesterona ayudar a prevenir el aborto en casos de mujeres con abortos espontáneos?

En las mujeres que sufren abortos espontáneos y no producen suficiente progesterona en la primera etapa del embarazo,  la administración de fármacos llamados “progestágenos”, que actúan de manera similar a la progesterona,  puede prevenir el aborto espontáneo recurrente.

La progesterona antes del embarazo puede ser un tratamiento muy beneficioso y seguro en mujeres con antecedentes de aborto recurrente, según se ha informado en diferentes estudios.

¿Si me administran progesterona, tendré efectos secundarios?

La utilización de progesterona es bastante segura aunque puede, en algunos casos, provocar efectos secundarios que no suelen ser importantes. Entre ellos se encuentra la retención de líquidos (que produce dolor o hinchazón en los senos, que estarían más sensibles) o somnolencia. También pueden aparecer en muy raras ocasiones otros como cefaleas, náuseas o mareos ante los cuales siempre debes consultar a tu médico.