Peso e infertilidad: por qué debes cuidarte si quieres tener un hijo
Publicado el 09/09/2021
¿Qué tiene que ver el peso con la fertilidad? Aunque a simple vista no lo parezca, bastante más de lo que se suele creer. Llevar una alimentación saludable, hacer 150 minutos de actividad física a la semana y mantener el peso dentro de los límites normales de acuerdo a la edad, estatura y sexo no son cuestiones banales. Implican tener o no salud y la fertilidad va muy ligada a tener una buena salud.
Tanto una alimentación deficiente como los diversos trastornos alimentarios y sus consecuencias sobre el organismo a nivel metabólico y endocrino pueden condicionar las expectativas de embarazo. Diversos estudios corroboran que el embarazo, sea espontáneo o por tratamientos de reproducción asistida, registra tasas de éxito más bajas cuando la mujer presenta bajo peso o sobrepeso.
Por ello, si estás pensando en tener un hijo, es buen momento para replantearte qué y cómo comes.
Así afecta la obesidad en la fertilidad femenina
El cuerpo funciona como un reloj suizo. Si una pieza no funciona, todo el mecanismo se desajusta. La obesidad genera un aumento de los niveles de leptina, una hormona producida en el tejido graso que regula el apetito, pero en exceso interfiere en la producción de hormonas sexuales. Los estudios revelan que, en mujeres con obesidad, los altos niveles de leptina se correlacionan con una mayor actividad de las hormonas androgénicas.
Un exceso de tejido graso en el perímetro abdominal se relaciona, además, con importantes alteraciones metabólicas. Entre ellas un aumento de los niveles de insulina que va a hacer que aumenten los niveles de hormonas androgénicas y una mayor probabilidad de tener ciclos menstruales irregulares. Esto último puede complicar las posibilidades de gestionar adecuadamente los días fértiles de la mujer.
Con sobrepeso y obesidad aumenta hasta tres veces el riesgo de padecer infertilidad ovulatoria o ciclos anovolatorios (sin ovulación). Incluso, en caso de ovular, hay evidencia de que la calidad de óvulos puede ser menor, otro factor que condiciona mucho la fertilidad.
El embarazo tampoco está exento de riesgos. Puede aparecer hipertensión, diabetes gestacional, dificultades en el diagnóstico prenatal o complicaciones en el parto, que se traducen en un aumento de cesáreas. En embarazos por reproducción asistida la tasa de aborto involuntario es mayor en pacientes con obesidad que en aquellas con normopeso.
Además, si quieres ser madre y estás valorando un tratamiento de fertilidad, debes tener en cuenta que las mujeres con sobrepeso u obesidad responden peor a la estimulación ovárica y presentan menores índices de éxito en inseminación in vitro. Por esta razón nuestros expertos en ginecología recomiendan que te pongas previamente en manos de profesionales de la nutrición para bajar de peso.
¿Cómo afecta la anorexia o tener un peso bajo en la fertilidad?
No solo la obesidad es un problema. Un peso por debajo de lo normal (es decir, un índice de masa corporal por debajo de 18) reduce las posibilidades de éxito en tratamientos de reproducción asistida.
Las mujeres con anorexia suelen sufrir ciclos irregulares por falta de estrógenos y hasta amenorrea. Puede suceder que, tras una fecundación con éxito, el embrión no logre implantarse porque el recubrimiento del útero no esté preparado debido a una insuficiente producción de la hormona ovárica.
Cuando, pese a todo, la mujer logra el embarazo, pero no ha superado su trastorno alimentario, pueden sobrevenir complicaciones relacionadas con un aumento inadecuado de peso gestacional, ansiedad, malnutrición por miedo a aumentar de peso y otras alteraciones psicológicas, tanto durante el embarazo como en el postparto.