¿Cuál es la diferencia entre inseminación artificial y fecundación in vitro?
Publicado el 15/09/2023
La inseminación artificial y la fecundación in vitro son dos técnicas de reproducción asistida fiables y frecuentemente utilizadas en las clínicas de fertilidad. Aunque pueden realizarse en el mismo centro y con los mismos equipos médicos, la inseminación artificial y la fecundación in vitro implican procedimientos diferentes y se recomiendan en pacientes con necesidades reproductivas diferentes.
Inseminación artificial: qué es y para quién
- ¿Qué es la inseminación artificial?
La inseminación artificial es la técnica de reproducción asistida más sencilla. Consiste en introducir una muestra de espermatozoides previamente capacitados, en el útero de la mujer mediante una cánula muy finita con la que accedemos a través del cuello del útero. A partir de ahí el embarazo, en caso de producirse, sucede de forma totalmente natural.
Se puede hacer durante un ciclo natural o mediante estimulación ovárica.
En el primer caso la mujer no tiene que someterse a ningún tratamiento hormonal, ya que se aprovechará su ovulación natural en ese ciclo. Si el médico especialista lo considera posible, se puede realizar de este modo en mujeres jóvenes y con buena reserva ovárica.
En el segundo caso (con estimulación ovárica), antes de la inseminación la mujer se somete a un tratamiento hormonal para estimular el crecimiento folicular durante ese ciclo, intentando buscar entre 1-2 folículos. De esta forma se mejoran las posibilidades de embarazo.
- ¿Cómo se realiza una inseminación artificial?
Puede realizarse con semen de la pareja o con el de un donante anónimo.
En ambos casos, antes de la inseminación se procede a la ‘capacitación espermática’. Este proceso se lleva a cabo en laboratorio y consiste en separar los espermatozoides del plasma seminal dejando solo los que tienen mayor capacidad de movimiento. Puede llevarse a cabo mediante dos técnicas diferentes: swim-up y gradientes de densidad.
En el swim up la muestra se centrifuga para que los espermatozoides se desplacen al fondo del tubo de ensayo. Solo se seleccionarán aquellos que, pasado un tiempo, consigan nadar hasta la superficie.
En la técnica de gradientes de densidad, la muestra también se centrifuga, pero en esta ocasión el objetivo es que los espermatozoides atraviesen medios de distinta densidad, en un proceso similar al que tendrán que realizar cuando entren en contacto con el moco cervical. Solo aquellos con buena movilidad y morfología son capaces de atravesar los diferentes gradientes tras la centrifugación y serán los seleccionados. El resto se descarta.
De esta forma, desde el laboratorio se asegura que solo se transfieran los espermatozoides más móviles y aptos para lograr un embarazo. Esa muestra ‘apta’ se conoce como ‘esperma mejorado’ o REM y es la que se introduce en la cavidad uterina de la mujer en la consulta. Es un procedimiento rápido y sencillo. No es doloroso ni requiere sedación y permite reincorporarse a la vida cotidiana nada más salir de la clínica.
- ¿A quiénes se recomienda la inseminación artificial?
- Parejas jóvenes (hasta 35-37 años) con leves problemas de fertilidad.
- Varones con alteraciones en el semen.
- Mujeres con dificultades para el coito (vaginismo, alteraciones en el moco cervical, endometriosis, alteraciones en la ovulación…).
- Mujeres solteras.
- Mujeres jóvenes con pareja femenina.
Fecundación in vitro: qué es y para qué sirve
- ¿Qué es la fecundación in vitro?
La fecundación in vitro (frecuentemente abreviada por sus iniciales FIV ) consiste en fecundar los ovocitos de la mujer en el momento exacto de maduración, con espermatozoides de la pareja o de un donante. Este proceso tiene lugar en el laboratorio, de ahí el nombre de ‘in vitro’. Una vez fecundados, los embriones resultantes se transfieren al útero de la mujer.
Esta técnica de reproducción asistida exige alta tecnología clínica y personal muy cualificado para lograr las máximas tasas de éxito con plena seguridad.
- ¿Cómo se realiza una fecundación in vitro?
Antes de considerar la fecundación in vitro, se realizan diversas pruebas médicas para determinar si este es el tratamiento más indicado. En caso de serlo, se procede a la estimulación ovárica con el objetivo de obtener un número adecuado u óptimo de ovocitos/óvulos. Una vez obtenidos los ovocitos, se fecundan en el laboratorio con los espermatozoides previamente seleccionados.
Acabado este proceso, se obtienen unos embriones y se procede al cultivo embrionario. Consiste en incubar los embriones en laboratorio en incubadores de morfocinética o time-lapse con sistemas como Embryoscope.
Este proceso dura 3-5 días y durante este período los biólogos monitorizan en tiempo real su correcto desarrollo en condiciones óptimas de temperatura y presión. Pasado ese tiempo se seleccionan aquellos embriones con mejor capacidad de implantación y se transfieren al útero.
En caso de haber varios embriones viables es posible vitrificar los sobrantes para transferirlos en un futuro, si la madre buscara un nuevo embarazo.
La transferencia del embrión durante una fecundación in vitro es un proceso rápido y sencillo para la paciente, ya que no duele ni requiere anestesia. Se realiza por vía vaginal y guiado por ecografía.
Es importante tener en cuenta que la fecundación in vitro solo introduce el embrión fecundado en el útero, pero la implantación debe producirse de forma natural en las horas y días posteriores a la transferencia. De suceder correctamente, al cabo de 14-15 días se confirmará mediante una prueba Beta-hCG en sangre que se ha conseguido el ansiado embarazo.
- ¿Para quién se recomienda la fecundación in vitro?
- Parejas con problemas de fertilidad o antecedentes de embarazos fallidos.
- Mujeres > 38 años y/o con reservas ováricas bajas.
- Parejas que necesitan donante de óvulos o de espermatozoides.
- Mujeres solteras.
- Parejas de dos mujeres.
- Mujeres que han congelado previamente sus óvulos.